El libro
que reseño hoy no es un libro de educación. No se encontrarán en él teorías ni
experiencias pedagógicas. Mi intención al ocuparme de este libro tiene que ver
con mi labor como coordinador del proyecto bilingüe de un centro público. Me
explico.
A menudo,
y sin saber muchas veces por qué, celebramos como autenticas modas
acontecimientos de países anglosajones en los que organizamos con los niños
bailes, canciones y manualidades pero sin saber muchas veces el por qué. El
caso más notable es (exacto) Halloween. Temo que hayamos llegado a un punto en
el que estamos tan acostumbrados a hacerlo que hemos podido confundir el fin
con los medios.
Desde que
me dedico a la enseñanza pública he celebrado unos cuantos Halloween, Día de
San Patricio, Navidad versión abrumadoramente anglosajona y algún día de Acción
de Gracias. Es perfectamente comprensible la crítica que se nos hace desde
fuera de la escuela, porque estoy de acuerdo en que algunas de ellas son
tradiciones que ni nos van ni nos vienen, mientras descuidamos nuestra cultura
y tradiciones, en mi opinión por venir de una forma apabullante del
Catolicismo, a su vez en crisis en esa parte del mundo que llamamos Occidente.
Por un extraño complejo, si somos capaces de celebrar el patrón de Irlanda mientras
muchos ignoran al Patrón de España. Curioso.
Sin
embargo, a veces es necesario volver atrás y recordar que la intención de las
escuelas celebrando este tipo de festivales y tradiciones foráneas, no es (o no
debería ser en ningún caso) sustituir o empequeñecer las tradiciones propias,
sino abrir una puerta al alumno para conocer otra cultura, hecho imprescindible
si se quieren estudiantes comprometidos, por el motivante hecho de enamorarse
de otra cultura, con el aprendizaje y la práctica de un segundo idioma.
¿Cuántos de nosotros no habremos logrado aprender inglés porque nos encanta el
Reino Unido, los Estados Unidos, Irlanda cualquier otro país de habla
inglesa?
Conste
además que en la defensa de mi argumentario hay base teórica, pues en los años
80, Michael Canale y Merril Swain, incluyeron la competencia socio-cultural
como pieza imprescindible para ser competente comunicativamente en una lengua
(Communicative Competence). Sin entrar más a fondo en el tema, mi recomendación
será siempre tratar de enamorar y atraer al alumno hacia el aprendizaje del
inglés (también) a través del conocimiento de la cultura de los países en los
que se habla. La celebración de este tipo de acontecimientos que no tengan como
horizonte esto, son en mi opinión una perfecta pérdida de tiempo y confunden
(cuando no dañan) al alumno.
Sin
embargo, la celebración de festivales foráneos en nuestras escuelas no es la
única manera de entender y abrirse a otra cultura com es lógico. Qué menos qe
viajar a ese país concreto, conocer su gastronomía, clima, gentes, paisajes,
ciudades… No siendo siempre posible esto último, nos quedan los ibros, y el que
hoy reseño, lo cnsidero un libro perfecto para abrirse a una cultura de un
país- el Reino Unido- a través de sus hojs.
Si se
están preguntando el por qué del Reno Unido, la respuesta es porque aparte de
ser la Tierra Madre del idioma inglés, quien escribe esto está enamorado y
fascinado or su cultura y tradiciones.
Para
abrirse a la cultura del Reino Unido hay libros extraordinarios, y no hablo
necesariamente de su literatura, extraordinariamente rica, sino de obras de
historia como Londres, una
biografía de Peter Akroyd o Historia de los pueblos de habla
inglesa, del gran Churchill, y sin embargo, como l que nos ocupa aquí es lo
que considero bueno para que un alumno de primaria se inicie en estas lides,
propongo un diccionario que considero interesante para niños a partir de 5º de
primaria. Entre sus ventajas –quizá la principal- está que se puede abrir por
cualquier sitio y no es necesario seguir el hilo, ni siquiera ser constante,
para leer este tocho de más de mil páginas. Como inconveniente, destaco que su
lenguaje puede ser demasiado complejo para el restringido vocabulario de niños
de estas edades, inconveniente al que podremos poner remedio y un adulto
igualmente anglófilo nos guía y nos apoya en su lectura.
En Pompa
y circunstancia podréis encontrar todo aquello que un alglófilo espera
encontrar en un libro sobre la Gran Bretaña: El Old England Club, el Mini, la
Reina Victoria, Lady Di, Harrods, Barbour, sus autobuses y taxis, su clima, su
pésima gastronomía, Churchill, Bernard Shaw, Oscar Wilde, Jack el Destripador,
Oxford y Cambridge, Aston Martin, la Union Jack, el Té, Burberry o el
Parlamento británico. Y esto sólo es una pasada superficial al libro.
Así que
ya sabéis, cuando vuestros hijos alcancen la edad adecuada, no está de más el
clásico viajecito a Londres y lo demás –esperemos- vendrá solo. Aquí tenéis uno
de esos libros para tener en casa, con el que pasar un rato entretenido de
cuando en cuando, y lo más importante, gasolina para tener a estudiantes de
inglés motivados.
POMPA Y CIRCUNSTANCIA
Ignacio
Peyró
Fórcola
2014
1062 Páginas
1062 Páginas
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